Por Fabián Ortiz Reyes · Fuente: Le Monde Diplomatique

¿Cuál es el género de Jafar Panahi´s Taxi? ¿Quizá alguna especie de documental? Tal vez eso importa menos que la tesis que demuestra: las historias están en todas partes. Solo se necesita del ojo para identificarlas y del oído para escucharlas, además de un hábil cazador para encontrarlas. Es lo que el director iraní Jafar Panahi logra en una selección de un fragmento significativo de un día al volante, durante un recorrido como falso taxista por Teherán, la capital de Irán. Desde luego, sería ilusorio pensar que todas las historias revisten el mismo interés, y por lo tanto es sensato suponer que Panahi filmó durante muchos días y a diferentes horas hasta que tuvo los suficientes relatos y fragmentos de vidas para escoger una precisa secuencia de cerca de hora y media. No sobra mencionar que su labor la realizó a escondidas, pues en su país tiene prohibido filmar, ya que es considerada como subversiva la visión de realidad que imprime a sus películas. En la actualidad tiene impuesta una censura de 20 años para hacerlo, luego de estar en prisión a causa de un documental que gravaba en el 2009 sobre las fraudulentas elecciones de ese año.

El taxi que conduce Panahi está equipado con varias cámaras ocultas, aunque la principal es un poco evidente, pero pasa como una de seguridad. El director, metido en ese rol de taxista temporal, no convence a todos sus pasajeros, pues de hecho no tiene claras las rutas a las que se dirigen algunos, es más, uno lo desenmascara. Entre quienes abordan el vehículo hay un hombre con una idea radical sobre la pena de muerte como forma de disuadir a los delincuentes y una profesora que lo confronta; un vendedor de versiones “democráticas de películas”[1], que se dirige a realizar una entrega a un cliente; una mujer y su esposo herido en un accidente, quien pretende dejar un testamento fílmico por si muere para que ella no quede en la calle; un par de señoras obsesionadas con llevar a unos peces antes del mediodía a una fuente, y la sobrina del propio Panahi, quien le pide ayuda y consejo sobre la realización de un filme como tarea para la escuela, entre otros.

Los personajes por sí mismos son especiales, seguros de sus ideas, con una justificación para lo que hacen y piensan, incluso si esta proviene de preceptos morales, religiosos o del sentido común. El director-taxista interviene en su justa medida en este variopinto escenario móvil de personalidades y situaciones. No obstante, quedan suficientemente narradas las historias particulares, una parte de esas vidas que duran lo que tarda el trayecto. Las instantáneas de esas personas están unidas de manera que dan para crear esta antología; el taxi es el vehículo del hilo narrativo y el antologista su conductor. Ahora bien, la elección que este hace es suficiente para tocar temas como las prohibiciones, la censura, las creencias, la solidaridad, e incluso la piedad.


Nombre: Jafar Panahi´s Taxi

Director: Jafar Panahi

Producción: Jafar Panahi Film Productions

Año: 2015

Duración: 82 minutos

País: Irán

Sinopsis: Un taxi recorre las vibrantes y coloridas calles de Teherán. Pasajeros muy diversos entran en el taxi y expresan abiertamente su opinión mientras charlan con el conductor, que no es otro que el director del film, Jafar Panahi. Su cámara, colocada en el salpicadero del vehículo, captura el espíritu de la sociedad iraní a través de este viaje. (FILMAFFINITY)

[1] O como otros las identifican: copias piratas o ilegales

 

 

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